Reconstruyendo el alma de las organizaciones
Estamos ya acabando Julio y parece que llega el ansiado momento de las vacaciones (para algunas personas). Como sabemos, el verano invita a parar, a replantearnos muchas cosas y tratamos de que nos sirva para conectar de nuevo con más intensidad con aquello que nos importa de verdad.
Buscamos momentos de lectura, de aprendizaje sin limitación de tiempo o exigencias, de hacer deporte, cuidarnos, estar con familiares, amigos o incluso para tratar de estar solos y explorar nuevos territorios.
Es por ello, que me gustaría invitaros también a analizar cómo están nuestras organizaciones. Desde la distancia, viéndolo como agentes externos… e incluso cómo estamos nosotr@s mism@s en el trabajo.
Una de las principales causas de falta de motivación de los empleados en las organizaciones se debe al distanciamiento social y a la falta de contacto con el proyecto. Hemos perdido la capacidad de aprender de la experiencia de los compañeros, del día a día, donde las conexiones eran aleatorias y donde vivías el proyecto y sentías la vibración del equipo y las personas.
Volveremos a ello, muchas organizaciones ya han definido su plan de regreso a la presencialidad en Septiembre. Desde mi punto de vista se están confundiendo muchos términos como el de Google cuando anuncia que bajará el sueldo a los trabajadores que residan en zonas de menor coste de vida, o Facebook y Twitter que reducirán el sueldo a aquellos trabajadores que decidan seguir teletrabajando fuera de Silicon Valley. ¿Qué sentido tiene y qué necesidad de discriminar así?. Este tema lo estuvimos comentando esta misma semana en una sesión de DCH donde compartimos las experiencias que cada uno de los Directivos de Talento estamos viviendo en nuestras organizaciones.
Tras estar profundizando sobre el tema del Propósito de las organizaciones y las personas, y conocer de primera mano como influye directamente la Cultura organizativa sobre todo el ecosistema de la empresa, me gustaría dedicar unas líneas para que aprovechando este mes, profundicemos y porque no, midamos y elaboremos un plan de acción.
Reconstruir el alma de las organizaciones, es invitar a volver a la esencia de las mismas, a curar heridas, a aprender del pasado para renacer con fuerzas y sobre todo alinearnos con nuestra aportación a nuestros clientes o consumidores y preguntarnos cual es el sentido real de la compañía.
Para ayudaros a profundizar sobre el tema, estoy recomendando mucho el último libro de Simon Sinek: El Juego Infinito. (Gracias @JLCasal).
Esto no puede ir solo de ganar dinero, está claro que es clave y que cuando mejor van las cosas financieramente, mucho mejor. Hablo de ir de la mano, de no olvidarnos de que para que un proyecto funcione, tiene que tener un sentido mucho más allá que el económico y esto es lo que hace que las personas sintamos que aportamos valor, aprendamos y seamos productivas a un 200%.
Pero, ¿por dónde empezamos?…
Para mi la primera clave es el parar, desde ahí y desde la conexión con el equipo directivo de la organización, re-diseñar nuestra propuesta de valor y los principales KPI´s con los cuales se va a medir el éxito del proyecto; teniendo en cuenta factores culturales claves. Para ello, los procesos de design thinking ayudan muchísimo (donde la parte de investigación, diseño y prototipado hace que se cierre el círculo perfecto para acabar con un plan de acción claro e íntimamente ligado con nuestro cliente/usuario).
El siguiente paso sería el trabajo con los equipos: identificar (ya sea a través de encuestas online, sesiones de shadowing, reuniones de retrospectivas etc) cómo se encuentran, cómo viven el proyecto y qué les gustaría cambiar y aprender. Es importantísimo establecer canales de escucha a las personas de nuestros equipos. Estos canales pueden ser digitales, pero hay que valorar en qué momentos es necesario un acercamiento real y dedicarle un tiempo de calidad y foco.
A partir de aquí, la comunicación va a ser la palanca principal del cambio. La transparencia se tiene que demostrar y debemos confiar en nuestros equipos. Es crucial compartir la visión, los objetivos a alcanzar y los resultados actuales para que entre tod@s sientan que pueden aportar soluciones. Cuando vienen mal dadas, es cuando más se necesita ser transparente y adquirir compromisos por ambas partes.
Se sabe que después de la tempestad, viene la calma, pero esta calma ya no va a existir, ahora :
“Después de la tempestad viene el idear nuevas soluciones y servicios, construir, re-aprender y desde ahí seguir sumando”.
Quizás ahora estemos muy bien posicionados, asentados en nuestras organizaciones; o quizás estemos en un momento de búsqueda de empleo o necesitamos cambiar. Sea como sea, tod@s somos parte de este cambio y si nos apoyamos, compartimos experiencias y abanderamos la confianza, la generosidad y la pasión, sin duda, nos irá mucho mejor.
Creo que es importante destacar la labor de los profesionales que se dedican a la Gestión del Talento y la Cultura de las empresas, antes se pensaba que esto iba de ser Naif, positiv@, y buen rollismo… mucho más lejos de la realidad. Esto va de ser resilientes, de creer en el proyecto en el que nos encontramos, de ayudar a tomar las decisiones más complicadas en las compañías, de saber y hacerlo bien (lo que implica respeto, sensibilidad e inteligencia emocional) y sobretodo de estar alineado con la estrategia de negocio pero aportando una visión a futuro en la que crean y se sientan parte las personas de la organización.
Esto es muy serio Señoras y Señores … pero si de verdad ponemos foco en ambos lados, negocios y personas… será muchísimo mejor para tod@s!
Feliz Verano!!