Transformación cultural y eficacia en las organizaciones (II)
Cerré el anterior post con la idea de dejar este espacio para escribir sobre dos de las grandes palancas para el Cambio Organizativo y Cultural: La visión compartida y la autonomía.
Muchas personas conocéis el modelo que desarrolló Spotify cuando introdujo la metodología Agile y diseñó todo el cambio organizativo de Squads y Tribus. Pero más allá de este modelo, están los pilares para que una compañía pueda escalar y evolucionar hacia una cultura de innovación.
Por un lado está la importancia de compartir la Visión de compañía (da lo mismo el tamaño que tenga la empresa): la comunicación sigue siendo clave. ¿Qué estáis haciendo en vuestras empresas para continuar unidos?
Lanzo esta pregunta para invitaros a reflexionar.
Sin duda, el trabajar en remoto o deslocalizados está siendo un grandísimo avance para permitir que los negocios sigan adelante e incluso adquiriendo nuevas formas de trabajar que van a continuar tras esta crisis. Pero lo cierto es, que nos metemos aún más, si cabe, en el corto-placismo, en el estrés del día a día, en ir corriendo para después, con la excusa de no parar de trabajar, tratar de ser más eficaces y productivos… dejando de lado el conectar con los demás.
Por el momento el impacto de esta forma de trabajar donde priorizamos los plazos, las entregas inmediatas y la urgencia, hace que no dejemos espacio a la reflexión y sobretodo al compartir conocimiento con los demás miembros de la organización. Por supuesto que estamos conectados, si queremos localizamos a cualquiera de nuestros/as compañeros/as, pero ya no es de forma natural y espontánea. Ahora debemos agendar tiempos concretos para conectar con personas y ésto, en el fondo, tiene muchísimo valor.
Algo que aconsejo es que, mínimo a la semana, puedas conectar 30 minutos con alguna persona de tu organización con la que habitualmente no trabajas, simplemente para saber cómo está, cómo se encuentra y en qué la puedes ayudar. De igual modo, si no estás trabajando y estás en momento de búsqueda, es aún más importante mantener tu red de contactos activa y acercarte a personas que son importantes para ti.
De todo ello vuelven a nacer ideas, proyectos de colaboración o incluso el hecho de saber que seguimos ahí, lo cual ya merece mucho la pena.
En cuanto a la Visión, ahora sabemos que los cambios son impredecibles y que debemos estar lo más preparados que podamos. Para ello, es fundamental que todas las personas de la organización sepan hacia dónde vamos, cuáles son los objetivos que se persiguen y sobretodo cual es el verdadero valor que aportamos a nuestros clientes/usuarios. Todo ésto nos va a permitir, no sólo fomentar el sentido de pertenencia a la compañía, sino que las personas van a conocer su aportación de valor y el sentido que tiene el trabajo que realizan. Es como el ejemplo de aquellos albañiles donde uno dice que está poniendo ladrillos y otro dice que construye catedrales.
Para compartir visión debemos generar espacios: por un lado, compartir visión global; por otro dejar espacios para compartir proyectos (aprendizajes y resultados), así como para dar y recibir feedback. Y sobretodo, dar visibilidad a las personas que trabajan en los equipos y que sean ellos los que también lideren la comunicación.
Dentro de este apartado hay que diferenciar entre comunicación estratégica/formal y comunicación informal y de conexión. Esta última enfocada a mantenernos unidos y poder compartir más allá del trabajo.
Sin duda, si queréis conocer más sobre qué iniciativas se pueden llevar a cabo para fomentar la Visión compartida, decídmelo y escribiré sobre ello.
Y en cuanto a la Autonomía, lo estamos viviendo; estamos trabajando con herramientas digitales que nos permiten la colaboración directa, la conexión, e interactuamos de forma eficaz gracias a ella. Pero la autonomía no va dirigida exclusivamente a dotar a las personas de las herramientas adecuadas, sino que va sobre todo de confianza, de dejar hacer, de construir espacios donde las personas puedan crecer y expresarse libremente. Va de saber delegar, de decir lo que se quiere conseguir, fijar objetivos claros y acompañar.
El liderazgo que se necesita hoy es un liderazgo que desarrolle la autonomía de las personas y que las haga crecer. Ésto va de dejar que los demás brillen.
¿Cuántos modelos de compañías conocéis, que contando con un equipo extraordinario, les dicen el cómo deben hacer las cosas sin escuchar nuevas propuestas e ideas?; ¿cuántos pensamos que es mejor hacer el trabajo uno mismo en vez de delegarlo y enseñar a otros a que lo hagan?. De nuevo, el factor del tiempo. Es importante que seamos líderes que enseñen, que dediquen tiempo al equipo y sobretodo a seguir aprendiendo y formándose juntos.
La autonomía va también ligada al aprendizaje, ya no valen los planes de aprendizajes iguales para todos, va de elaborar rutas personalizadas de carrera conforme a lo que la persona necesita y quiere, alineando estos planes con la estrategia de nuestro negocio.
Comparto el esquema de Spotify para finalizar el post, simplemente como ejercicio personal para que podáis situaros dentro de este esquema ya sea a nivel personal (cuánto conoces de la visión y objetivos de tu organización) o de autonomía (qué nivel de autonomía tienes o consideras que hay en tu compañía) para que desde ahí, puedas trabajar acciones concretas que te ayuden a caminar hacia una verdadera Cultura de Crecimiento.